Sobre nosotros
Campogrande nace de un proyecto personal, de una intuición, un deseo, un anhelo…
Hace algo más de dos décadas, Campogrande no existía. Solo existían mis ganas de conectar con la naturaleza, de vivir del campo, de trabajar en algo por lo que sentía verdadera pasión.
Mi nombre es Javier y soy un enamorado de esta forma de vida.
Yo no pertenezco a una larga saga familiar de ganaderos. De hecho, mi familia no se dedica a nada relacionado con ello. Yo solo era un hombre normal al que le encantaba y le sigue encantando montar a caballo y vivir conectado con la tierra.
Allá por el año ‘99 decidí que era hora de darle una oportunidad.
Pero no sabía absolutamente nada de lo que suponía ser ganadero, ni tenía ni idea de ninguno de los trámites burocráticos que se debían seguir. Sin embargo, veía la vida de amigos que estaban siguiendo este camino y sabía que eso era lo que yo quería hacer.
Empecé a formarme a través de cursos para aprender todo lo que necesitaba saber y, en uno de ellos, descubrí a la raza berrenda. Esos animales nobles de porte elegante, fuertes e inteligentes y con sus característicos colores blanco y rojizo me fascinaron.
Decidí comprar 9 ejemplares y meterlos en una pequeña finca de apenas una hectárea que pertenecía a mi familiar.
Ese fue el comienzo de todo.
Una vez que empecé ya no pude parar. Ese contacto diario con los animales, cuidarlos y mantenerlos sanos. Trabajar en medio de la naturaleza. Cada día desde entonces ha sido un enorme sacrificio porque es una profesión muy dura, pero un absoluto regalo.
Porque cuando vives haciendo lo que te apasiona eso marca toda la diferencia.
A partir de ahí, cada vez más animales y otras fincas cada vez mayores que me permitieran albergarlos.
Finalmente encontré un terreno espectacular situado dentro de una reserva natural que, con mucho trabajo durante largos años, ha acabado siendo el hogar de la Ganadería Campogrande. Un entorno natural inigualable donde nuestros animales pueden vivir en libertad y alimentarse en exclusiva de excelentes pastos.
Este hábitat natural bañado por el río Jarama nos permite que las más de 500 cabezas de ganado de Campogrande disfruten de una calidad de vida excepcional.
Y yo también.
Me considero un privilegiado por haber conseguido convertir mi pasión en mi profesión. Y me esfuerzo cada día porque los cuidados y el mimo que les damos a nuestros bueyes mi equipo y yo, se noten en la excelente calidad de la carne que llega a tu plato.
Y en su intenso sabor.
Y en esa textura melosa tan característica.
Disfruta de nuestra carne de buey 100% auténtica.